Todo Andorra estaba lleno de macetones con pensamientos de distintos colores. Algunos eran troncos enteros y vaciados..., quedaban muy rústicos.
En el aspecto gastronómico:
Una tarde comiendo castañas asadas, sentados los tres en un banco de un parque, viendo como caía la noche, después de una buena caminata por el casco antiguo
Otro día de merienda..., chocolate para ellos y chocolate blanco para mi, que solo me gusta el blanco y son pocos los sitios que lo tienen y uno de los postres más ricos: creps con dulce de leche y helado de vainilla
Para comer...., una buena crema de verduras para el peque y revueltos de trigueros con un buen vinito.
Una estupenda cena..., carne variada a la piedra en un restaurante precioso, El Refugio Alpino, cerca del hotel
lunes, 29 de octubre de 2007
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